miércoles, 20 de noviembre de 2013

La bestia

Y tu mi pequeña bestia, creciste. Desde que era pequeña sabía que estabas conmigo, sabía que me acompañarías siempre. Lo malo es cuando tu, mi fiel compañera, te vas. Ya sea, bien a dormir, a cazar, a esperar...Cuando te alejas, algo malo se que me sucede, porque tu no me abandonas así como así. ¡¡¡Y bendito el momento en el que vuelves a mi!!! Eres parte de mi, de las mayores. Te explotaron y te agotaste, te creíste repuesta y tan solo estabas en tus ultimas fuerzas, ya te creía muerta. ¡Já! Y aquí está él, para despertarte, para traerte de nuevo junto a mi. ¡Y tan solo a través de una pantalla! ¿Quién nos lo diría? Mi pequeña bestia se ha enamorado de un africano, mi leona está en celo por un macho que no le pertenece, no por amor, si no por distancia. Mi pequeña leona que ya se hizo mayor, deja de desear lo imposible. Es un consejo de tu madre, de tu creadora, de tu recinto, de tu jaula, de tu dueña, del cuerpo que haces que pierda la razón. Mi pequeña, resiste tus impulsos pues aunque tan solo lo desees a él y él no desee a otra...no están hechos el uno para el otro. Almas gemelas en celo que nunca se podrán tocar. Paciencia, ya todo pasara mi pequeña, crecerás y los olvidarás a todos. Siempre los necesitaras, siempre se necesitan. Pero podrás estar sin ellos, los anhelarás, pero lo soportarás. Mi leona, deja de desearlo o no solo tu, gran diosa del deseo sufrirás, si no el dios amor aparecerá y te castigará. Te castigará haciendo que no desees a nadie más que a él, y el ya no te deseará, pues muy lejos estarás. Cuidado mi leona, cuidado. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario