lunes, 25 de noviembre de 2013

Cansada

La pequeña se encuentra cansada. Cansada de que le exijan, cansada de que la critiquen, cansada de obedecer, cansada de tener que demostrar lo que es y lo que no es. Cansada de vivir. Tan solo quiere dormir. Dormir un día, dos, una eternidad. Cansada de que la humillen, cansada de que todos dependan de ella. De que todos la quieran para si solos, cansada de egoístas. Cansada del cansancio de vivir, cansada de no dormir. Cansada de trabajar. Cansada de no hacer nada. Está cansada. Quizás, tan solo quizás, lo único que necesite la pequeña sea un respiro, un descanso. Encontrar su pequeño remanso de paz. Soledad, bendita soledad tan adentro que te tengo. Tan a dentro que no puedo vivir sin ti. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La bestia

Y tu mi pequeña bestia, creciste. Desde que era pequeña sabía que estabas conmigo, sabía que me acompañarías siempre. Lo malo es cuando tu, mi fiel compañera, te vas. Ya sea, bien a dormir, a cazar, a esperar...Cuando te alejas, algo malo se que me sucede, porque tu no me abandonas así como así. ¡¡¡Y bendito el momento en el que vuelves a mi!!! Eres parte de mi, de las mayores. Te explotaron y te agotaste, te creíste repuesta y tan solo estabas en tus ultimas fuerzas, ya te creía muerta. ¡Já! Y aquí está él, para despertarte, para traerte de nuevo junto a mi. ¡Y tan solo a través de una pantalla! ¿Quién nos lo diría? Mi pequeña bestia se ha enamorado de un africano, mi leona está en celo por un macho que no le pertenece, no por amor, si no por distancia. Mi pequeña leona que ya se hizo mayor, deja de desear lo imposible. Es un consejo de tu madre, de tu creadora, de tu recinto, de tu jaula, de tu dueña, del cuerpo que haces que pierda la razón. Mi pequeña, resiste tus impulsos pues aunque tan solo lo desees a él y él no desee a otra...no están hechos el uno para el otro. Almas gemelas en celo que nunca se podrán tocar. Paciencia, ya todo pasara mi pequeña, crecerás y los olvidarás a todos. Siempre los necesitaras, siempre se necesitan. Pero podrás estar sin ellos, los anhelarás, pero lo soportarás. Mi leona, deja de desearlo o no solo tu, gran diosa del deseo sufrirás, si no el dios amor aparecerá y te castigará. Te castigará haciendo que no desees a nadie más que a él, y el ya no te deseará, pues muy lejos estarás. Cuidado mi leona, cuidado. 


lunes, 18 de noviembre de 2013

Angelito

Diablo
Amor, maldito amor. Siempre tan deseado y tan poco conocido. Solo pocos pueden catarte. Quien te cata no te olvida, y quien no te ha catado te anhela. Muchos te confunden con simple capricho, otros con simple deseo y lujuria te mancillan. Lujuria, lujuria, lujuria...ese pecado tan exquisito. Tan mal visto y sin embargo, tan cometido. Y yo, caigo en tu pecado. Una y otra vez, con tu dulzura y calor me atraes. No me dejas escapar. Cuando creo estar a salvo, cuando no puedo soportar más tu presencia...me castigas con tu ausencia. ¡¡Oh, mi diablo!! ¡Tan lejos de mi! Tan traicionero...
Tengo lo que deseo, pero no deseo lo que tengo. Tu, y solamente tu, tienes la culpa. Oh lujuria, ¿por qué  mi camino conviertes en pecado? Lujuria y tan solo lujuria, rompe relaciones, crea nuevas y vuelve a destruirlas. Y sigues creando tentación. Tan lejos y me tientas. ¡Oh mi ángel del pecado! Tu mi angelito eres mi mayor diablo. Mi mejor peor pesadilla. Me haces darme cuenta de que lo único que podría calmarte, satisfacerte, esta tan lejos que no puedo ni tocarlo. Y ¡ay, como te gusta jugar conmigo! Me das todo el deseo y la tentación que tienes, para un segundo después quitármelo con un simple: mi amiga. Amiga inconforme soy, pues. Ya que no te tengo, causa de mi lujuria, lujuria de mi corazón, causa de mi fuego interno. Es a ti a quien veo cuando placer concibo. Tu mi pequeño amor, que tan mal lo has pasado. Que aún lloras recordándolo. Tan solo quiero estar ahí y poder abrazarte, quererte, cuidarte. Pero, aquí está mi diablo, tras cuidarte tan solo pienso en pecar contigo una y otra vez. Que por pareja nos confunden, ojalá con amigos siendo pareja nos confundiesen. Ojalá mi diablo. Mi angelito perdido. Mi precioso y adorable diablo. Ven conmigo que yo te encuentro, yo te guió, te encamino, ando contigo, mi angelito endiablado. No te dejaré solo mi diablo. Te quiero, aunque no sepa ni como. Te encontrare mi diablo, prometo que te encontraré. Y conmigo te traeré. 


domingo, 17 de noviembre de 2013

Te quise tanto, que acabe por no poder odiarte.

Te quise tanto, tanto mi vida, que todo lo hubiese dado por ti. Primer amor, amor sincero, amor de corazón. ¿Pero que paso? Luchar, eso paso. Que no luchaste cuando se debía luchar, tan solo hablabas con un folio, con una pantalla, no a mi, a mi cara. ¿Y ahora que soy yo? Una persona enamorada de alguien que la odia. Amores no me faltan, mas ninguno es el que quiero. A ninguno quiero y el que necesito esta lejos. Muy lejos, tan lejos q no puedo ni mirarle. Y pensar, pensar que solo seremos amigos, una persona que no se encuentra en cualquier lado, maravillosa y esplendida...pero tan lejana. Y ahora le veo sufrir y se me parte el alma, se que no llora por mi culpe, pero yo le recuerdo el porque llorar, y de nuevo, me siento un monstruo. Un monstruo porque destroce lo nuestro, lo que teníamos. Los hijos que íbamos a tener, la casa que íbamos a hacer, la familia que íbamos a crear...Y todo se acabo. Por mi. Y ahora otra vez entre en ese circulo, ese del que tu me sacaste. Ese auto destructivo en el que tan solo caigo y caigo en un pozo que yo misma cavo. Te quiero, te quiero como no he querido a nadie. Se que algún día pensaré en ti y tan solo me reiré pensando en lo tonta que fui, que inocente adolescente. Pero lo malo, mi amor, es que ahora te busco en otros, pero ellos no son tu. Son tus defectos, pero no tus virtudes. No te hecho de menos, hace tiempo que te separaste de mi y me convertiste en un juguete con el que solo se podía follar y jugar. No, eso no lo hecho de menos. Pero tu fuiste el primero y eso nunca, créeme que nunca, lo olvidaré. Me diste todo lo que necesitaba y más, pero ahí está el problema, no puedes dar algo y luego quitarlo. 

Lo malo, es que tu me has hecho daño, daño por ser un crío, un niño que no sabe ser el mismo, un niño cobarde que no afronta la vida. Y sin embargo, pensando que todos los hombres son iguales, tu y él, si, sabes bien quien es él. Tan solo una persona me ha hecho tanto daño como tu. Pero, a pesar de que os tengo miedo, miedo de que entréis en mi corazón, no lo puedo evitar, soy una humana y cuando recibo amor, me siento feliz. Ese es mi fallo, ahora estoy recibiendo amor de una persona que no conozco, tan solo conozco su vos y esa persona ya lo daría todo por mi;  a una persona que me quiere solo para si, es un amor egoísta, y no puedo con ello, me exige más de lo que puedo dar, y si, por tu culpa, porque aun te amo, si te AMO, tan solo a ti te puedo decir eso. 
Ahora que me acuerdo, es lo que me dolía, que pusieses a tus amigos por delante, yo no era lo segundo, si no lo tercero o cuarto en tu vida. Las promesas vanas que me hacías. Me hacías sentirme guapa y querida, pero...ahora que lo pienso, merece la pena perder al amor de mi vida, por miedo? Já, ojala hubiese sido solo miedo, era también enfado, si, enfado, enfado pro tu cobardía. ¿Tímido? ¿Acaso yo no soy tímida? tengo miedo de que la gente no me quiera como soy, tengo miedo a que la gente me mire y no ser lo que se espera de mi. Miedo a estar sola, mucho, mucho miedo. Y de ahí que me enfadase, que a ti te cuesta...si, y a mi. Vivir es difícil para todos, todos tenemos nuestros miedos y los afrontamos, yo afronto los míos. Por que tu no podías afrontar los tuyos? Porque no querías, es mas cómodo llorar y no hacer nada, no dar la cara. Solo saber que no quieres saber nada más. 
Cobarde




domingo, 14 de julio de 2013

Pesadilla

No podía correr más, me pesaban las piernas. Parecía que llevaba botas de hierro. No avanzaba, no tenía final, era un pasillo oscuro con una luz al final. Me faltaba el aliento, me dolían los pulmones. Mi respiración era irregular, no podía llenar mis pulmones de aire, no se terminaban de llenar cuando necesitaba más, más más...mucho más aire. Me estaba asfixiando y no podía oxigenar lo suficiente para mantener el ritmo. Cada vez iba más despacio. Pero no podía parar, si paraba moriría. Miré hacia atrás y allí estaba. Avanzaba por las sobras como si fuese medio lobo comido por los gusanos, era más negro que la propia oscuridad. Con forme me iba alcanzando iba haciendo más frío. Lo podía oír avanzar, era como miles de gusanos arrastrándose por el suelo mientras se comen un cadáver. Sentía arcadas, me faltaba el aire y mi cansancio era tal que apenas podía separar los pies del suelo. Cada vez estaba más cerca, más cerca, más cerca. Sentí una lengua húmeda lamerme la cara. Allí estaba, en la pared, a mi lado. Había alargado la lengua, una lengua de unos veinte centímetros, hasta mi y me había saboreado. Sonreía, le divertía la caza y yo estaba en su terreno. Si aún vivía es porque hacía tiempo que no cazaba y necesitaba divertirse. Sentí como algo me pinchaba la pierna y comenzaba a introducirse en mi. Me lo arranqué de la pierna, un gusano negro estaba intentando hundirse en mi. Casi vomito de las arcadas, me levanté y seguí corriendo. No podía más, se escuchaba la risa de un maníaco a lo largo de todo el pasillo. Ese pasillo infinito y oscuro. ¿Oscuro? Aquella luz, si llegaba me salvaría, tenía que llegar a la luz. La luz. La luz. La luz. Dejé de pensar hasta que tomé consciencia de que la luz cada vez era más tenue, ya no alumbraba apenas, pero cada vez estaba más cerca. La ví, una antorcha en la pared. Aceleré sacando las pocas fuerzas que me quedaban. Llegué a la luz, era una antorcha. Una antorcha vieja. Pero era luz, podía ver a los miles de gusanos moverse en las sombras y a su dueño, al lobo de la muerte, con sus ojos más negros que la propia oscuridad de su cuerpo, puro odio, maldad, muerte. Lo mismo que me esperaba a mi si se apagaba la luz. Pero estaba cansada para poder pensar. Al cabo de unos minutos me quedé dormida, estaba tan cálida bajo aquella luz...

Me desperté sobresaltada por el frío. No, no, no, ¡NO! La antorcha se estaba apagando, no podía ser, iba a vivir. Tenía tanto por hacer, tanto que vivir...Maldita pesadilla, me iba a matar una pesadilla. Iba a morir en el mundo de los sueños. ¿Moriría también en mi cama? ¿O tan solo desaparecería? ¿Moriría mi alma allí mismo? Volví a oír como se arrastraban esos miles de gusanos, hacía muchísimo frío. Se condensaba mi aliento a mi alrededor. Se apagó la antorcha. Cerré los ojos lo más fuerte que pude. No oía nada. Lentamente los abrí y allí estaba, mirándome fijamente, a tres centímetros de mi rostro, el suyo. Ese rostro de pesadilla. Grité. Que curioso, lo único que pude pensar antes de que entrase en mi, fue en que no tenía voz, nadie me podía escuchar. Moriría sola.


jueves, 4 de julio de 2013

Ángel de la guarda.

Me sentía observado, como si alguien me estuviese mirando, me volví y allí estaba aquella chica. Era de un curso inferior al mío y no tenia nada que se saliese de lo normal. A excepción de que nunca dejaba de mirarme. Yo no era nada fuera de lo común, medía uno ochenta y cinco, pesaba ochenta kilos; de músculo pues me encantaba el deporte, pelo negro azabache, piel morena y unas pequeñas ojeras casi imperceptibles que nunca desaparecían. Mis amigos me decían que le gustaba a la chica, pero yo no estaba interesado en chicas y menos en una tan normal. Sonó la campana del fin del recreo y me fui con mis amigos hacia las clases. Al fin perdí de vista a la chica. Me intimidaba, tenía algo que me ponía nervioso. ¿Sería su extrema palidez? Tenía un amigo en común con esa chica y me había comentado que antes ella era pálida pero no tanto, que su pelo era dorado y no rubio ceniza como ahora, por no incluir que tenia un cuerpo con más vida...ahora parecía una muerta viviente.
Sentí una sacudida que me sacó de mis pensamientos. Era Álvaro, me había preguntado algo y no lo había escuchado.

-Perdona tío, es que me ha distraído la muerta de las clases de abajo.
-Bah, deja de pensar en ella. Al menos antes tenía algo más de...cuerpo. Ahora está mucho más delgada, casi es transparente.
-Si...bueno. ¿Qué decías?
-Ya no me acuerdo. Bueno yo tengo inglés y tu historia, abajo.
-Oh, esta fijo que me estará esperando.


Pasaron el resto de las horas tranquilamente y por suerte no vi a la chica esta. Por fin llegaba el fin de semana. Estaba harto de madrugar. Mi casa estaba cerca del instituto por lo que llegué bastante pronto y sin incidentes. Como Héctor tenía un esguince ya no me acompañaba a casa andando y me hacía el camino solo. Levanté la vista al llegar a la puerta de mi casa y la vi. Era como un ángel. Su pelo era dorado, tenia un cuerpo como solo lo puede tener una chica de ensueño y su rostro...no había visto nada tan bello en mi vida. Dolía el simple hecho de mirarlo. Tenía los ojos color miel. Me quedé embobado mirándola hasta que de repente ella ya no estaba y supuse que me lo había imaginado. 




jueves, 13 de junio de 2013

Libélula.

Símbolo del sentido del yo que viene con la madurez. Que representa la renovación, las fuerzas positivas y el poder de la vida. Un par de libélulas se cree que es un símbolo de amor. El simbolismo de una libélula se asocia con la buena suerte, prosperidad, rapidez, fuerza, paz, pureza y armonía. Estos significados simbólicos de una libélula son populares, concretamente, con los japoneses y los nativos americanos. En la pintura japonesa, libélulas representan una nueva luz y la alegría. Libélulas ayudará a ver a través de su ilusión y permitir que su luz propia para brillar en una nueva visión. Ellos nos recuerdan que debemos prestar atención a nuestros pensamientos y deseos más profundos. Se consideran como un símbolo de fuerza, felicidad y valentía. A menudo se menciona en la literatura japonesa y el arte, especialmente el haiku. 

Para algunos nativos americanos, las libélulas son las almas de los muertos. 


Una libélula vive una vida muy corta y que trata de vivir a plenitud con lo que tiene. Creo que esta es la lección más grande para todos nosotros. Debemos tratar de disfrutar cada momento de la vida con lo que tenemos.